Las Escuelas Públicas de Sinaloa, Tesoro Documental en el Archivo Histórico

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Revista Digital- Nº 38 – Jueves 31 de Enero de 2013, Culiacán, Sinaloa, México

Las Escuelas Públicas de Sinaloa, Tesoro Documental en el Archivo Histórico

 

Gilberto J. López Alanís

(Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa)

El Conjunto de expedientes que integran la Serie Escuelas Públicas de la Colección Educación del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa (AHGS), con fechas extremas de 1918 a 1968, contiene los formatos de los exámenes efectuados en cada escuela de educación primaria de la geografía sinaloense, referidos al final década ciclo escolar; llama la atención el forro que agrupa los expedientes.

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A todas luces se detecta una influencia decimonónica de carácter liberal con el logo principal al centro,  aunado a la tipografía de la portada del expediente la cual contiene una mezcla en los tipos de letra, aunque están concebidos para documentación del siglo XX. Ensayamos una tipología de esta documentación con el compromiso de avanzar sobre el tema.

Por lo regular los expedientes se integran con una minuta enviada por el Jefe del Departamento de Educación Pública del Estado de Sinaloa, donde se menciona los documentos para formar los expedientes, que consistieron en una circular; boletas de estadísticas de fin de año; papel para actas; cuadros resúmenes de calificaciones y certificados para los alumnos.

Para esta entrega a La Voz del Norte, se analiza el expediente Nº 1454 de la Escuela Oficial para Niños Nº 197 ubicada en Los Mochis, Ahome, Sinaloa en el ciclo escolar 1918-19. Fungió como director de la escuela Candelario Ochoa González, el cual respondió por oficio manuscrito, la recepción de tal documentación enviada por el Director General del Departamento de Educación del Gobierno del Estado. El lema para el año de 1919  fue de “Constitución y Reformas”, acorde a la línea del Presidente Gral. Venustiano Carranza; para entonces Emiliano Zapata tenía meses de ser asesinado y Álvaro Obregón ya se había pronunciado como candidato a la presidencia de la república y los trabajos para la formación del Partido Comunista Mexicano estaban muy adelantados.

Con el expediente en cuestión, sabemos  que se integró el jurado calificador para los exámenes de Primer Año Sección “A”, resultando como Presidente Adalberto Verdugo y como Secretario, la encargada del grupo Elena Pérez.

A las nueve de la mañana ya sabían que alumnos presentarían el examen entre aprobados y reprobados. Se anotó si se había cumplido el programa, indicando las características de la enseñanza entre educativa y práctica. Se promedió el aprovechamiento general y se mencionó si hubo incidentes. La documentación se firmó hasta las cinco de la tarde. El acta de reconocimiento en formato Nº 13, se firmó al calce con el nombre de los jurados que asistieron al exámen: el Sindico Municipal J. R. Millán; Ing. Francisco Barnoin, como primer vocal y Felipe Palma y Meza como segundo vocal; el Director de la Escuela, Candelario Ochoa González; Sofía López, Directora de la Escuela de Niñas; Rafaela Gutiérrez, profesora del primer año sección “B”.

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(Ing. Francisco Barnoin, de origen francés nacido en  Mazatlán, llegó a Los Mochis, contratado por B. F. Jhonston para trazar las calles de la ciudad)

 

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(Profesor Candelario Ochoa González, originario de Mocorito, fundó la “Escuela Verde”.

Se anotó que entre los alumnos se distinguieron Miguel Ángel Fox, Justo Perea, José Maria Perea y A. F. Zamudio.

Se encuentra el dato curioso del alumno Alfonso Calderón (Alfonso Genaro Calderón Velarde) que ingresó a la escuela a los 6 años el 28 de enero de 1919, junto con su hermano Donato de 7 años, los cuales salieron reprobados ya que faltaron muchas veces sin avisar.

El conjunto de los 39 alumnos que reflejaron edades de los 6 a los 15 años refleja una disparidad emocional muy marcada, por lo que los problemas al interior del grupo fueron manifiestos. Entre 6 y 7 años sumaron 23; de 8, 9 y 10 años sumaron 13 y de 11 a 15, tres. El bulling en el grupo, la “carrilla” como se decía entonces, fue ruda y constante.

El expediente observa otros grupos y al final se anexa el inventario de libros (Biblioteca) y enseres con que contaba la escuela. En el listado se anota un ábaco de 34”x 12”; murales  impresos y cartas murales de los estados, mapa oficial del Estado de Sinaloa, esfera del sistema de Copérnico y otros aditamentos educativos. En la biblioteca se encontraron algunos títulos como Agricultura Científica; Boletines de Educación, Boletines de Educación Física; un libreto con el “Himno de la raza”; Curso Elemental de Geografía; Compendio de la Historia General de México, editado en 1910; El informe rendido por el Gral. Ramón F. Iturbe de 1918; Lecturas de Instrucción Cívica; una Ley de Instrucción Pública de 1895; Metodología de la Enseñanza de la Lengua Nacional; Corazón Diario de un Niño de Edmundo de Amicis; y otros textos que nos muestran que los nuevos contenidos de una Reforma Educativa de la Revolución Mexicana todavía no llegaba a las escuelas de educación elemental. Todo el material didáctico es del antiguo régimen. El costo del inventario fue de $696.83 pesos; aparte se mencionan los cuerpos geométricos.

La lista completa de los alumnos de la escuela oficial de Niños Nº 197 de Los Mochis, de 1918-19, refleja a los miembros de una generación que vivieron una ciudad en construcción, donde los esfuerzos por convivir les permitió la urdimbre de un tejido social que rindió excelentes frutos, en tal documentación encontramos a: Manuel Arce, Pascual Arce, Jesús Avilés, Rudecindo Acosta; Francisco Arreola, Cenobio Armenta, Antonio Armenta, Estanislao Briones, Ramón A. Beltrán, Conrado Castro, Ramón E. Cruz, Genaro Cota, Alfonso Calderón, Donato Calderón, Juan R. Delhumeau, Marcelino Espinoza, Miguel Ángel Fox, Luis Gámez, Napoleón Guerrero, Roberto Higuera, Joaquín Huiguera, Guadalupe Izaguirre, Salvador Macías, Rosalío Melendrez, Octavio Millán, Lorenzo Olguín, Ramón Orduño, Justo Perea, José María Perea, Alfredo Rodríguez,  Rigoberto Rosas, Gerardo Sandoval, Brígido Sánchez, Jesús Thomas, Manuel Thomas, Felipe Valenzuela, Luis Valenzuela, Francisco Verdugo y Andrés Zamudio.

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(Facsímiles de los integrantes del jurado para los exámenes finales de la Escuela Oficial de Niños Nº 197, de Los Mochis, del Municipio de Ahome, 1918-1919. Serie Escuelas Públicas del la Colección Educación del AHGS).          

Arnoldo Martínez Verdugo, luchador social mocoritense

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Revista Digital- Nº 37 – Jueves 24 de Enero de 2013, Culiacán, Sinaloa, México

Arnoldo Martínez Verdugo, luchador social mocoritense

“Lo que hecho a lo largo de mi vida
fue por convicción”
(Arnoldo Martínez Verdugo/2013)

Gilberto J. López Alanís
(Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa)

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Hace unos días fue homenajeado el periquense, capiratense y mocoritense Arnoldo Martínez Verdugo, en la ciudad de México; en un acto de estricta justicia para un luchador político que concitó adhesiones como para considerarlo un digno candidato a la presidencia de la república a principios de los años ochentas del siglo pasado, por el Partido Socialista Unificado de México (PSUM).
A sus 88 años, Arnoldo se muestra optimista y firme en sus convicciones, en su rostro emergió la amable sonrisa y la nobleza de un saber fincado en el estudio y la investigación, aparte de una militancia fuera de toda duda.
Heredero de la cultura mestiza de Sinaloa, desde muy joven se inició como obrero, en Sonora, para después trasladarse a la Ciudad de México.
En 1946 se unió al Partido Comunista Mexicano, convirtiéndose en uno de sus líderes más destacados; en 1959 fue elegido miembro del Secretariado Colectivo que lo dirigía y en 1963 fue elegido Secretario General del Comité Central del Partido, cargo en el que fue ratificado sucesivamente hasta 1981.
Formó un Centro de Investigaciones del Movimiento Obrero y Socialista, publicando libros y revistas que contribuyeron a la formación de cuadros de investigadores sociales.
Fue uno de los protagonistas de las negociaciones políticas que en 1978 desembocaron en la primera reforma electoral del régimen que permitió que el PCM obtuviera registro condicionado, y así pudiera participar en las Elecciones de 1979, donde obtuvo 18 diputados, de los cuales se desempeñó como Coordinador Parlamentario.
En 1981 dirigió la disolución del Partido Comunista Mexicano y su fusión con otras fuerzas de izquierda que constituyeron el Partido Socialista Unificado de México, el cual lo postuló a la presidencia en las Elecciones de 1982. En 1985 fue secuestrado y liberado tras el pago de un rescate.
Posteriormente se unió a las fuerzas que postulaban a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la Presidencia, en 1988; y luego al naciente Partido de la Revolución Democrática, en el cual milita.
Más allá de las utilidades políticas buscadas por quienes promovieron este homenaje, en momentos donde se necesita buscar la unidad y militancia en base a los mejores ejemplos, la aparición de esta figura fortalece el ánimo de quienes vivimos los aciagos días de la represión y la censura política de un régimen autoritario que dejó honda huella en una juventud que supo alzar la voz.
Pero como la investigación histórica es parte de las actividades del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, hemos localizado el acta 8 del día 20 de enero de 1925, donde se asentó el nacimiento de Arnoldo Verdugo (Arnoldo Martínez Verdugo), en el libro 926 de la Oficialía del registro Civil en la Hacienda de Pericos, Sindicatura de Capirato del Municipio de Mocorito.

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“En Pericos a las 10 diez del día 20 veinte de enero de 1925 mil novecientos veinticinco. Estanislao Peiro juez menor en funciones de Oficial del Registro Civil de este lugar, compareció la señora Silvina Verdugo, de 22 veintidós años de edad, soltera, natural del Terrero y vecina de esta Hacienda y presento a un niño vivo nacido en esta a las 22 veintidós del día 12 doce del corriente mes a quien pone por nombre Arnoldo Verdugo. Hijo natural de la exponente cuyo nombre se hace constar por haberlo solicitado de conformidad con el artículo 76 setenta y seis del Código Civil. Fueron testigos de este acto los ciudadanos Isaac Martínez e Isaac Ruiz, mayores de edad, el primero soltero, el segundo casado, empleados particulares y vecinos de esta Hacienda. Leída la presente acta a la compareciente y testigos, manifestaron su conformidad, ratificaron su contenido y firmaron los que supieron, Doy fe Estanislao Peiro, Isaac Martínez, Isaac Ruiz, rubricas”.
Nota:
Hijo de raza indígena blanca con indígena mezclada con blanca hijos de padres sin algún lazo madre de 20 a 25 años.

Pudiéramos hacer algunas consideraciones sobre el texto del acta de nacimiento que aquí se exhibe, a la luz de las evidencias de la misma, pero eso se lo dejamos a los lectores.
Que extrañas paradojas de la vida, cuando muchos se creen viejos, aparecen los signos de una vitalidad que inspira a los más jóvenes, y les da esperanza en un mañana mejor, sobre todo cuando se tiene una experiencia volcada en sabiduría.

LA REVOLUCIÓN EN SINALOA, EXPOSICIÓN Y COLOQUIO: NUEVOS ACERCAMIENTOS A SU HISTORIA

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Revista Digital- Nº 36 – Jueves 29 de Noviembre de 2012, Culiacán, Sinaloa, México

LA REVOLUCIÓN EN SINALOA, EXPOSICIÓN Y COLOQUIO: NUEVOS ACERCAMIENTOS A SU HISTORIA

 Gilberto J. López Alanís 

 Un cuerpo académico de historiadores sinaloense agrupados en la Dirección General de Escuelas Preparatorias de la Universidad Autónoma de Sinaloa,  la Academia de Historiadores de Sinaloa, AC., el Instituto Nacional de Antropología e Historia-Sinaloa y el Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa (AHGS), organizaron una fructífera concurrencia de enfoques sobre la gesta revolucionaria que todavía ocupa el interés de los mexicanos.

La reunión se efectuó en las instalaciones del AHGS, los días 21 y 22 de noviembre; días antes se inauguró la exposición fotográfica y documental sobre el proceso revolucionario en homenaje al Gral. Celestino Gasca Villaseñor, y los soldados Rubén Hernández Cárdenas y Filiberto Tiznado,

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Los revolucionarios homenajeados, se destacaron por su ferviente actividad por medio de las armas y otras participaciones durante el tiempo que les tocó vivir la Revolución. Celestino Gasca Villaseñor desde la militancia en el gremio de obreros de la industria del calzado en el DF., los batallones rojos en la Casa del Obrero Mundial, la fundación de la CROM y la CTM y su rebelión en torno al Gral. Miguel Enríquez Guzmán.

Por su parte Rubén Hernández Cárdenas, desde niño acompañó a su padre en el maderísmo, en Lagos de Moreno Jalisco, convirtiéndose en niño revolucionario, hasta ser el último  asistente del Gral. Rafael Buelna Tenorio. En esa responsabilidad, se le encomendó el cuidado del Gral. Lázaro Cárdenas cuando  cayó herido combatiendo contra Buelna.

Por su parte, Filiberto Tiznado, alcanzó el grado de Mayor de Caballería en el Ejército Constitucionalista y ayudó a conformar la organización de Legionarios de la Revolución Mexicana.

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Rubén Hernández Cárdenas, el último asistente del Gral. Rafael Buelna y encargado de cuidar al Gral. Lázaro Cárdenas por sus heridas en combate contra el Granito de Oro.   

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Constancia de la Secretaría de la Defensa Nacional para Don Filiberto Tiznado Guzmán, como miembro de la Legión de Honor Mexicana 

La exposición que estamos comentando, fue organizada y montada por Miriam Scarlett Flores Ramírez, Ma. Del Rosario Heras Torres y el museógrafo Ignacio I. Granados Mendoza, del AHGS. En ella se exhiben fotografías sobre el proceso revolucionario en Sinaloa y documentos por demás interesantes, como 100 ejemplares empastados del Periódico Oficial del Ejército Constitucionalista que empezó su edición en la ciudad de Hermosillo Sonora en 1913. Además del acta de defunción del Coronel Luis G. Morelos Castro, ultimo efectivo del ejercito porfirista y que se rindió en el año de 1911, después de haber ocupado el santuario del Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad de Culiacán, ante el acoso de los revolucionarios que tomaron la ciudad en el mes de mayo de ese año.

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Exposición sobre la Revolución Mexicana en el AHGS

 Otros documentos hacen de esta exposición un suceso de las actividades del AHGS en esta conmemoración del 102 aniversario de la Revolución Mexicana en Sinaloa, aparte de los honores a Francisco I. Madero y Venustiano Carranza en la explanada del palacio de Gobierno, que encabezó el C. Gobernador Lic. Mario López Valdez el día 20, junto con el desfile conmemorativo de ese día en la ciudad de Culiacán, al unísono con el desfile en la ciudad de México donde Sinaloa fue representado por Ing. Juan de Dios Bátiz Paredes, como promotor de la organización de la educación técnica del país y fundador del Instituto Politécnico Nacional, aportación que se concretó con el apoyo del antropólogo Joel Isaías Barraza Verduzco de la Dirección de Patrimonio Cultural del ISIC.

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Presidium de la ignauguración del Coloquio sobre la Revolución Mexicana en Sinaloa              

Al inaugurarse el Coloquio, se contó con la presencia del Director del AHGS en representación del Lic. Lic. Bernardo Xavier Cárdenas Soto, Subsecretario de Normatividad e Información Registral de la Secretaría General de Gobierno, el Dr. Armando Flórez Arco, Director de Escuelas Preparatorias de la UAS que otorgó un mensaje a los asistentes, aparte de contar con la asistencia del Ing. Rafael Borbón Ramos, Presidente del Consejo Consultivo de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión, el Dr. José Guadalupe Villa Vargas, representante de la Subsecretaría de Educación Media Superior Federal, el Dr. Gilberto López Castillo, Presidente de la Academia de Historia de Sinaloa A. C., el Mtro. Francisco N. Ríos Avendaño, representante del Instituto Nacional de Antropología e Historia–Sinaloa, el Lic. Luis E. Solano Meléndrez, Presidente de la Fundación “Ing. Juan de Dios Bátiz Paredes, AC. y el Lic. Jaime Félix Pico, Presidente del Instituto de la Crónica de Culiacán.

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                Dr. Samuel O. Ojeda Gastélum participante en el Coloquio

Los conferencistas y sus temas fueron los siguientes: Reflexiones sobre la Revolución en Sinaloa, por el Dr.  Samuel Octavio Ojeda Gastélum; Rafael Santos Cenobio, Líderes revolucionarios y agrarios: el caso de Ramos Esquer; Javier Fuentes Posadas, Leyes agrarias y otros discursos: el ordenamiento de la posesión de la tierra en el marco de la revolución mexicana; Enrique Vega Ayala, Los cambios que trajo la revolución a Mazatlán; María del Rosario Heras Torres, Desorden, vida social e institucionalidad en Sinaloa en tiempos revolucionarios; Benjamín Luna Lujano, Valentina Ramírez Avitia, la leona de Norotal. Ana Julieta Rueda Morales, Prostitución: placeres, escándalos y pasiones violentas durante la revolución. Gustavo Aguilar, Situación económica en Sinaloa durante la revolución. Arturo Lizárraga Hernández, Los movimientos migratorios sinaloenses en el contexto de la revolución mexicana. Jesús Rafael Chávez, La región del Évora en transformación: un acercamiento económico y social en la época revolucionaria. Diana María Perea Romo, Mujeres de luz y plata: representaciones femeninas en la fotografía de la revolución en Sinaloa. Pedro Cázares Aboytes, Saúl Armando Amézquita Alarcón, La revolución maderista en Sinaloa. Del entusiasmo general a la desilusión y al cisma. Fernando Rodelo Mendoza, La educación en Sinaloa. Formas y mecanismos en el modelo sinaloense, 1910-1917.

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Rafael Buelna Tenorio y Venustiano Carranza

 La concurrencia al evento estuvo integrada por docentes de escuelas preparatorias de la UAS, académicos de la Facultad de Historia, alumnos de ambos niveles y público interesado.

 Una característica del Coloquio es que fue trasmitido en vivo por la red de internet en la página del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa. Por último, estos esfuerzos de colaboración inter institucional nos dejan lecciones sobre las buenas prácticas de las conmemoraciones cívicas y la difusión de la historia en Sinaloa.

 

Día de Muertos en el Archivo Histórico

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Revista Digital- Nº 35 – Jueves 31 de Octubre de 2012, Culiacán, Sinaloa, México

Día de Muertos en el Archivo Histórico

Gilberto J. López Alanís

 Como cada año el Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa, a propuesta del Instituto Sinaloense de Cultura,  participa en el Corredor Cultural Rosales de la ciudad de Culiacán, con algo más que un altar. Las figuras revolucionarias del Gral. Miguel Armienta López y  la Coronela Clarita de la Rocha, notables partícipes de la Revolución Mexicana en Sinaloa, se vieron representadas centralmente.

La novedad de la celebración consiste en que para esta muestra, se contó con la participación de los alumnos y maestros del Taller de Arte  “Gioconda”, que abordó el tema de la Revolución Mexicana desde la perspectiva del dibujo y otras técnicas. Un agregado que además le dio un tono colorido fue el de los alebrijes que entreverados en la exposición, el altar y algunas calaveras, conformaron una mezcla heterogénea que se hizo unidad expresiva en el patio del Archivo.

  

Destaca la representación de Miguel Armienta López, alumno del Colegio Rosales, que se pronunció desde 1911, adhiriéndose a los conjuntos guerrilleros de la sierra por el rumbo de Cosalá junto con Claro Molina, que lo incitaba a levantarse cada vez que venía a Culiacán a realizar sus compras de utensilios para sus actividades mercantiles y productivas de Guadalupe de los Reyes.

–Cuando nos vamos a la Revolución Miguelito?

–Cuando Ud. diga don Claro.

Le respondía el jovencito dependiente de una de las tiendas del centro de la ciudad, donde se surtía Claro Molina.

Clarita de la Rocha, hija del viejón Herculano de la Rocha, cacique de Copalquin acompañó a su padre en la primera toma de Culiacán en 1911, y ante la dificultad de tomar la ciudad en una emboscada nocturna, la jovencita fue comisionada por su progenitor para que atravesara el río Tamazula y bajar la palanca del switch, que conectaba la energía eléctrica de Culiacán.

Concertada la acción, la blancura de Clarita y su graciosas formas surcaron el río y ante la lluvia de balas logró llegar hasta el objetivo y dejar la ciudad a obscuras. Una de las balas la rozó, sin embargo la valiente Clarita cumplió su misión ante la gritería de sus compañeros.

         

Un magnifico cuento de esta hazaña es relatado por Juan B. Ruiz, en una antología de sus escritos publicada por DIFOCUR en el año de 1990.

Otras imágenes enmarcan esta original ofrenda como la “Catrina Monrroe”, que llama la atención de los visitantes.

”Catrina Monrroe”, oleo de  Juvencio Leyva 2012

De los cerca de 20 altares programados, el del Archivo Histórico es el más extenso y variado; alebrijes, calaveras, oleos, dibujos y otras representaciones gráficas lo hacen sumamente atractivo.

Una felicitación a Carlos Bastidas, Miriam Scarlett Flores, Rosario Heras Torres, el taller de Arte Gioconda, Ignacio “Teto” Granados, y el personal de intendencia que lograron esta expresión cultural.

Guadalupe Victoria en el 188 Aniversario de su Presidencia Republicana

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Revista Digital- Nº 34 – Jueves 18 de Octubre de 2012, Culiacán, Sinaloa, México

Guadalupe Victoria en el 188 Aniversario de su Presidencia Republicana

Guadalupe Victoria es un Héroe nacional,

Benemérito de la Patria, fundador y

forjador de la República Mexicana

MC. Gilberto J. López Alanís

 Guadalupe Victoria fue 33 años menor que Miguel Hidalgo; José María Morelos le llevó 21 años adelante; el de Tamazula fue 3 años mayor que Agustín de Iturbide; 12 años mayor que José María González Hermosillo; aventajó con 10 años al Payo del Rosario y 11 años mayor que Francisco Severo Maldonado. Este personaje que en verdad se llamó Manuel Félix Fernández, nos trae a este foro para valorar su participación en la formación de la República Mexicana de carácter federado.

 

Sesión del Centro de Estudios “Guadalupe Victoria” Miércoles 24 de Octubre de 2012,

en las instalaciones del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa

Hijo de la formación despótico ilustrada obtuvo sus luces en el seminario de Durango y el Colegio de San Ildefonso, donde aprendió los rudimentos del derecho canónico y civil de su tiempo, para de ahí, llevado por su ímpetu, adherirse a la causa de la Revolución de Independencia, con tan solo 24 años de edad.

Hijo de la tradición vizcaína de “tirar para adelante”, estuvo al tanto de las luchas de su provincia para después avalar con su firma el nacimiento de las formaciones políticas regionales.

Con visión amplia, entiende la perspectiva de las Provincias Internas del Virreinato de la Nueva España, confines del Imperio Español y, alucinado, se adentró en el contexto de las luchas trasatlánticas. Se interesa en el conflicto entre los monarcas Carlos IV y Fernando VII, movidos estos por sus ambiciones o amenazas de una invasión inglesa en la que supuestamente Napoleón Bonaparte entraría en su defensa, para después obligarlos a renunciar, abdicar a sus derechos reales, para ceder la Corona a José Bonaparte y al unísono adoptar obligadamente el Estatuto de Bayona, como un contrato de gobierno liberal, donde se plasman las ideas de una constitución, en el cual las Provincias de la Nueva Vizcaya, Sonora y Sinaloa, ya tenían un lugar en las cortes.

 

Asistencia de docentes y alumnos del sector educativo en el patio del AHGS

Estuvo al tanto de la abdicación real, esa renuncia al exclusivo favor de la Soberanía del Altísimo, dignidad heredada de forma ancestral por los regímenes monárquicos; por consiguiente, se entusiasmó con la argumentación del teólogo jesuita y español Francisco Suárez, que pregonó que ante la ausencia de los Soberanos Reales, el paso siguiente sería el de atraer la Soberanía Popular, para suplir al  monarca y más aún, si el monarca se convirtiera en tirano derribarlo o incluso eliminarlo físicamente.

A estos y otros argumentos de raigambre histórica se adhirió el Tamazuleño en la ciudad de México en 1808, y en ello extravió un cómodo futuro simpatizando así con las conspiraciones de Guanajuato y Querétaro y muchas más, que encontraron clímax expresivo el 16 de septiembre de 1810 con Miguel Hidalgo y Costilla a la cabeza.

De esa tesitura ideológica es su adhesión a la causa de la independencia y la designación de José María González Hermosillo como organizador de los levantamientos de las provincias de Sonora y Sinaloa, la cual impacto a Durango; con esto, abruptamente quedamos insertos en una modernidad que en Europa y en América llevaba tiempo manifestándose a partir de la Independencia de las colonias americanas y de la Revolución Francesa.

Por consecuencia, a Durango y Sinaloa llegó la libertad de imprenta en las páginas de El Despertador Americano, editado en Guadalajara, como abrevadero en los círculos de lectura en los cuales participó Pablo de Villavicencio, alimentados también por los textos de propaganda independentista manufacturados en la imprenta de los sinaloenses Fructo Romero y Petra Manjarréz, a los cuales se les siguió proceso criminal en 1811.

Los cuatro meses de actividad insurgente de Hidalgo fueron definitivos para el quiebre del imperio español en la Nueva España; sus controvertidos seguidores y opositores jamás pudieron negar la luz que iluminó los futuros designios.

Después de la confrontación de El Rosario, la estancia organizativa en Concordia, con los refuerzos de Durango y la batalla en San Ignacio, la lucha ideológica en las Provincia de Sonora, Sinaloa y Durango se hizo soterrada y abierta. La Constitución Política de la Monarquía Española promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, jurada el 30 de septiembre de ese año, aceleró los aires de liberalidad en América; ahí se afirmó que “La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona”. Se refrendó que la soberanía residía esencialmente en la Nación, que era justa y necesaria la libertad civil, la propiedad y los derechos legítimos de todos los individuos, resaltando el amor a la Patria, defenderla incluso con las armas y ser fiel a la Constitución; en la extensión territorial se incluyó a las Provincias Internas de Oriente y Occidente. Sonora, Sinaloa y Durango tuvieron su lugar en esta nueva liberalidad.

 

El Subsecretario de Educación Media Superior del Gobierno del Estado de Sinaloa Dr. Gómer Monárrez González, 

junto con el MC. Gilberto J. López Alanís Director del Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa,

el CP. Oscar Javier Higuera Núñez Cronista de la ciudad de Tamazula Durango 

y como moderador el Dr. Juan Salvador Avilés Ochoa.

Por ello, la efímera monarquía del Imperio Iturbidista cuestionada por Guadalupe Victoria, la cual deslumbró a los ricos comerciantes y la alta jerarquía eclesiástica, que se creyeron y sintieron aristócratas, no pudo mantenerse; la realidad de un ideario y práctica política que aspiraba a ser republicana, golpeó el rostro de aquel sueño.

La conversión del Ejército Realista en Trigarante obligó al Tedeum de la Jura Constitucional de Culiacán, El Rosario y Durango en 1821; en donde por necesidad protocolaria participó la curia jurando una Independencia de la cual no estaban muy convencidos, que les permitió sobrevivir bajo el imperio de la  religión única, la católica.

Con la irrupción de la República y su Constitución, las relaciones políticas ya no fueron las mismas, se habían sentado las bases para la formación de una clase política regional que aspiraba al contrato social de las constituciones y su división de poderes.

En contrapunto, desde Culiacán el Obispo de Sonora y Sinaloa Fray Bernardo del Espíritu Santo, con su pastoral de la Soberanía del Altísimo combatió con elegantes y fundadas razones los ataques de Pablo de Villavicencio y Joaquín Fernández de Lizardi, defendiendo a nivel nacional sus demeritados fueros y privilegios, llegando hasta la confrontación con Guadalupe Victoria, Presidente de la República y las autoridades regionales.

En esa violencia verbal y política, aunado a la militancia en el ideario liberal de carácter masónico y mexicano, nació el venturoso ensayo político del Estado de Occidente que obligó al intensivo curso de Derecho Constitucional asumido localmente, para dar paso a la primera constitución del Estado de Durango en 1825 y la del Estado de Occidente en 1824, para después formar el Estado Libre y Soberano de Sinaloa en 1831, según lo ejemplificó Héctor R. Olea en “Sinaloa a través de sus Constituciones”, sellado por Antonio Nakayama en su obra “El Estado de Occidente. Espejismo y fracaso de una entidad” y la de José Antonio García Becerra “El Estado de Occidente. Realidad y Cisma de Sonora y Sinaloa 1824-1831”,  donde algo se apunta más no se concreta en relación al origen constitucional de Sinaloa como entidad derivada de los principios hidalginos.

Esta interpretación ha sido posible con el reiterado y preciso recurso de usar las fuentes impresas y manuscritas existentes en archivos parroquiales, municipales, nacionales; los de carácter privado y los electrónicos, los cuales nos permitirán inaugurar nuevas miradas de nuestra historia.

Por lo tanto concluyo enunciando: en la lucha por la afirmación nacional no importan las generaciones, estas se traslapan en pos de un objetivo mayor, y la concepción de un Estado libre de Occidente en 1824, un estado libre de Durango en 1825, y  el Estado Libre y Soberano de Sinaloa que se concretizó a partir del año de 1831, son resultado de la Revolución de Independencia, donde Guadalupe Victoria jugó un papel relevante. No cabe duda que al ilustre tamazuleño debemos gran parte de nuestra formación política.

Coloquios y Seminarios Jesuitas

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Revista Digital- Nº 33 – Jueves 11 de Octubre de 2012, Culiacán, Sinaloa, México

A propósito de coloquios y seminarios Jesuitas

MC. Gilberto J. López Alanís

 

 

La Religión y los Jesuitas en el Noroeste Novohispano.

Volumen V. José Carlos Zazueta Manjarrez  (Coordinador).

El Colegio de Sinaloa. Memoria del Seminario 15. 2012. 267 páginas.

Hace veinte años en 1992, al recopilar los trabajos de tres coloquios sobre los jesuitas en el Noroeste, celebrados bajo el auspicio de DIFOCUR, la UAS y el Instituto Sonorense de Cultura entre 1990 y 1991, incluí de Miguel Mathes su trabajo “Las Misiones Jesuitas de Sinaloa y el desarrollo de Baja California: 1535 1697”. Desde entonces la grata y benéfica presencia de Miguel nos arropó con su aura de maestro en el tema. Expreso lo siguiente para recordar con gratitud al amigo de todos.

 

A propósito de este volumen se inicia la memoria con la presentación del Dr. Gilberto López Castillo que la hace interesante y sugerente al referirse a eventos académicos anteriores, todos de  diversa factura e intensión sobre el Seminario que anualmente nos convoca. Sigue después la introducción de Benita Escarcega y Wilfrido Llanes, donde dan cuenta y razón de los trabajos incluidos en este quinto volumen del Seminario, así que desde el punto académico lo mejor ya está trabajado.

Sin embargo esta memoria conmemora el 15 aniversario de la celebración del Seminario La Religión y los Jesuita en el Noroeste Novohispano, organizado por El Colegio de Sinaloa y por ello ya marca una huella en la historiografía jesuítica del noroeste mexicano y de otras latitudes.

Contiene la memoria ocho magníficos trabajos de connotados investigadores a propósito del tema. Todos merecen un comentario a fondo, porque son de fuerte impacto, elegantes y sutiles. Inducen a la reflexión y la acción a la par que colocan a la cuestión jesuítica en el centro de nuestra formación histórica como región y nación.

 

Miguel Mathes exponiendo en la antigua villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa en 1991

(Fototeca  AHGS) 

Gabriel Gómez Padilla académico de la Universidad de Guadalajara,  le pone jiribilla al asunto, al expresar que: “hoy estamos de fiesta. ¡El muchacho cumple sus XV años! Las madrinas y chambelanes…” de ahí sigue aduciendo una genealogía para el seminario y nos habla de progenitores y otros parientes, que no es necesario objetar, y si reafirmar buscando la gestación de esa vida al interior de un simbólico vientre materno del cual el propio Colegio es hijo legítimo. 

 

Rafael , Aguilar, Gilberto J. López Alanís, Víctor A. Miguel Veles, Ismael Valencia Ortega, Manuel Corona Márquez, en el auditorio de la biblioteca Lic. Eustaquio Buelna de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en 1991. (Fototeca AHGS)    

El Seminario según este calendario nació en 1997, sin embargo, es obligada la pregunta ¿desde cuando se gestó?   Y como esto de la historiografía no es de generación espontanea, todavía recuerdo cuando José Gaxiola  en los de El Colegio, afanosamente me pidió la memoria de los coloquios sobre jesuitas celebrados en 1990 y  1991 en el contexto de los Festivales Culturales, como actividades paralelas, contando con la participación como ya lo expresé, del Instituto Sonorense de Cultura y DIFOCUR, el IIES de la UAS y el Seminario de Cultura Mexicana Corresponsalía Culiacán, publicada en la Serie Historia y Región Nº 7 de DIFOCUR en el año de 1992, para de ahí recrear la idea de un Seminario al respecto.

 Por lo tanto si la figura simbólica del quinceañero tuvo un proceso de gestación valido, la madre es María Teresa Uriarte de Labastida y los entusiastas padres Romulo Félix Gastélum, Carlos Ruiz Acosta, Miguel Mathes, Sergio Ortega Noriega, Ignacio del Río,  el propio Gómez Padilla y muchos más, por cierto Gómez Padilla, que participara en uno de aquellos coloquios, polemizó vigorosamente con Víctor Alejandro Miguel Vélez, cuando este introdujo la figura de una caballería militar con el síndrome de la acumulación,  en la formación y actividad jesuítica. Incluso intercambiaron algunas notas al respecto. (Ver Presencia Jesuítica en el Noroeste, 1992).

Basta con esto para aproximarse a una historiografía precisa sobre el particular y tener una idea de contexto del nacimiento del Seminario, que también deviene de unos presuntos abuelos, los Simposios y Congresos de Historia en Sonora y Sinaloa.

Ahora si entremos a la materia de esta presentación, la Memoria del Quinceavo Seminario, en el apartado de  las ponencias, se inicia con el trabajo de Gabriel Gómez Padilla sobre “Eusebio Francisco Kino  a los 300 años de su muerte”. El autor brillante e incisivo, gustoso de debatir, conocedor de la obra del jesuita explorador, nos propone facetas interesantes de su acción  evangelizadora, que van más allá de la tradicional ortodoxia evangélica y nos acerca a la propuesta cultural de un Kino, inmerso en la vorágine de su propia concepción transformadora.

Gómez Padilla nos propone un Kino inmerso en la problemática actual e imagina sus reacciones ante el presente: El diálogo con Kino toma derroteros de significada crítica política que nos muestra las utilidades del análisis histórico. Incluso ni el Vaticano se escapa a lo corrosivo del encuadre factual de Gómez Padilla.

La ponencia es abigarrada, llena de imágenes esclarecedoras y de atractiva interpretación criolla y mestiza,  llena de vericuetos; sin embargo, llama la atención el subtitulo de “La Comunicación con Dios”, donde Gómez Padilla equipara el acto de morir a propósito de Kino como un muerto glorioso y un nativo como un muerto común, para centrar afirmando que “El genuino y único centro del cristianismo y de su mensaje es … la real auto-comunicación de Dios a la criatura..”, parafraseando a Karl Rhaner el más grande teólogo del siglo XX, en expresión de Gómez Padilla. Si pensáramos como alguno los jóvenes autoritarios de nuestro tiempo, se podría decir “que todo lo demás es basura”. Pero no, los núcleos filosóficos no eliminan sus ideas aleatorias, las necesitan para explicarse mejor y en eso Gómez Padilla es explicito colocando a Kino  en esa tesitura interpretativa desde una perspectiva teológica que anunciaba la salvación más no la otorgaba, había que buscarla en el trabajo cotidiano de formación humana.

Gómez Padilla nos propone a través de la eco-teología de la liberación y el “hombre viviente en plenitud”, una refundación del país con inspiración en el jesuita italo- alemán, que nos impulsa a la actividad política directa, con sentido humanista.

Tuvo razón Carlos Zazueta Manjarrez, al seleccionarlo para iniciar esta memoria, por lo sugerente de su propuesta interpretativa. 

Marcelo Ruiz Ramirez, con sus contribuciones del método cartográfico del jesuita Eusebio Kino, introduce en el seminario la historia de la ciencia como aporte jesuita, que hasta hoy no ha sido considerado en los escasos acercamientos al tema en Sinaloa y quizás en el Noroeste.

Andrew Redden, Jesús Jáuregui, Massimo Gatta, Miguel Vallebueno Garcinava, Laura Magriñá, Ana Laura de la Torre  y Margarita Hanhausen Cole, merecen comentarios incisivos ya que de sus trabajos se desprenden líneas de investigación sobre la temática jesuítica para quienes estamos inmersos en esta perspectiva histórica.

Destaco la pluralidad y visión abarcadora de este Seminario, que observa la región, la nación y la globalidad de la impronta jesuítica e imploro a los santos patrones del Colegio a no desmayar en este esfuerzo.         

Hace tiempo que yo tuve una ilusión…(1968)

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Revista Digital- Nº 32 – Jueves 27 de Septiembre de 2012, Culiacán, Sinaloa, México

 

Hace tiempo que yo tuve una ilusión…
(1968)

Para Jesús Vargas, miembro del Comité de Lucha de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN.

Gilberto J. López Alanís

El pasado 26 de julio, hace ya 44 años que sentados en las escaleras de la entrada de la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional, Sócrates Amado Campos Lemus y el de esta remembranza, vimos pasar la manifestación de estudiantes de la Escuela Vocacional de Ciencias Sociales ubicada en la Plaza de la Ciudadela de la ciudad de México, los estudiantes marchaban rumbo al Carillón del campus de de Santo Tomás, a un lado de la Escuela de Enfermería y la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas, enfrente del Hospital “Rubén Leñero” de la Cruz Verde.
-Vamos le dije a Sócrates.
-Espérate, me contestó, siento que algo va a pasar.
En efecto, después del mitin de desagravio que organizaron los politécnicos por la agresión que habían sufrido tres día atrás, precisamente el 23 de julio, al entrar los granaderos defeños a la “Voca 5”, golpeando a los alumnos y los maestros, los de la protesta se enfilaron hacia la Alameda Central y al coincidir con la manifestación de los estudiantes de la UNAM, por San Juan de Letrán en el aniversario de la Revolución Cubana, fueron agredidos de nueva cuenta, desatándose a partir de ahí, un Movimiento Estudiantil de inusitadas consecuencias.
Para cuando los compañeros de la Escuela Superior de Economía regresaron, con la información de lo que había pasado, ya habíamos tomado la escuela formando el Comité de Lucha, al cual se integraron Florencio López Osuna, Fernando Hernández Zarate, Luis Solano Meléndres, Efraín Reyes, Guardado, y muchos más que apenas recuerdo.
La solidaridad estudiantil con los alumnos golpeados y algunos desaparecidos, cundió en el Politécnico, sumándose en los días posteriores los Comités de Lucha de las Escuelas Superiores de Zacatenco y otros planteles, estructurándose un Comité de Huelga Estudiantil y los posteriores acontecimientos de agresión a las preparatorias de la UNAM, sumaron amplios contingentes para dar paso al Consejo Nacional de Huelga (CNH).
En el CNH, brillaron los sinaloenses, Genaro Valentín López Alanís (Voca 5), Gilberto Guevara Niebla de Ciencias de la UNAM, Sóstenes Tordecillas Bagasuma (Escuela Nacional de Homeopatía), Huascar Calpolican Peña Inzunza de Medicina de la UNAM, Florencio López Osuna de Economía del IPN, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, de Chapingo, Salvador Martínez della Roca, y muchos más en diversas estructuras organizativas que le dieron vida y sustancia a la protesta estudiantil y juvenil de entonces.
Esta pléyade de jóvenes sinaloenses y muchos más de otros estados, que tras de si agruparon miles y miles de estudiantes de todas las latitudes del país, se levantaron para protestar ante el autoritarismo y la represión con un pliego petitorio de seis puntos que se difundió en forma masiva

(Volante del Comité de Lucha de la Escuela Superior de Economía del IPN. Expediente del 68. AHGS)

El fragor del Movimiento Estudiantil, concitó muchas esperanzas y anhelos populares, las manifestaciones fueron de miles de ciudadanos, se pidió el dialogo público y la solución al pliego petitorio, en respuesta, los granaderos del Departamento del Distrito Federal y los agentes de la Dirección federal de Seguridad, persiguieron brigadistas, se allanaron escuelas, locales de partidos políticos, sindicatos, sin embargo la solidaridad de la población dio impulso a las demandas estudiantiles.
La protesta estudiantil fue novedosa y moderna para un aparato de gobierno anquilosado que no supo dialogar, esos jóvenes acompañados de burócratas, obreros, campesinos, clases medias, maestros, profesionistas, intelectuales, artistas, líderes de los barrios de la ciudad de México, desbordó las formas de contención ensayadas durante tanto tiempo y pusieron en jaque una forma de gobernar que ya no respondía a las demandas emergentes de una sociedad que buscaba mejores formas de vida.
Recuerdo que ante el garrote del granadero un compañero de la Escuela Superior de Economía en pleno movimiento compuso este poema que se ha logrado rescatar.

(Poema anónimo de la ESE-IPN. Expediente Movimiento Estudiantil de 1968. AHGS)
Fueron y son muchos los acontecimientos que se vivieron, con los cuales se definió una forma de ser de aquella juventud que contemporizó con el mayo francés, con la revuelta estudiantil alemana, la brasileña, y las protestas en las universidades norteamericanas. Celebramos con entusiasmo la propuesta de Bertrand Russel, el filósofo pacifista que se adhirió a los movimientos juveniles junto con Jean Paul Sastre, Daniel Cohn Bendith y muchos más.
Los Beatles estaban en su apogeo y al compás de su música marchamos por las avenidas mexicanas, tomados de la mano con nuestras mujeres y hermanos de lucha. Vendría después la triste realidad del 2 de octubre, donde perdimos compañeros y maestros. Pero seguimos, ya nada pudo ser igual, transidos de dolor regresamos a nuestras matrias, a buscar las identidades negadas y después de conocerlas, en algo hemos contribuido a mantenerlas.

(Sócrates Amado Campos Lemus, dirigente de la Escuela Superior de Economía del IPN, capturado el 2 de octubre de 1968, en el edificio Chuihuahua de Tlatelolco).

(Florencio López Osuna, dirigente de la Escuela Superior de Economía del IPN, detenido el 2 de octubre de 1968, en Tlatelolco.)  

Estandarte de la Virgen de Guadalupe

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Revista Digital- Nº 30 – Jueves 30 de Agosto de 2012, Culiacán, Sinaloa, México

Estandarte de la Virgen de Guadalupe

Enarbolado por José María González de Hermosillo, en Sinaloa

 

Gilberto J. López Alanís

 

  El pueblo de La Labor del municipio de San Ignacio del Estado de Sinaloa, ha rescatado el estandarte de la Virgen de Guadalupe que enarboló el coronel jalisciense José María González de Hermosillo, en las batallas del Real de Minas de El Rosario y en la villa de San Ignacio de  Loyola en la Provincia de Sinaloa, a finales de 1810 y principios de 1811.

  

 Este rescate dio origen alMuseo Popular de La Labor, y es su pieza central. Este estandarte sirvió como símbolo de unión en la lucha por la Independencia; la imagen es fiel testigo de las instrucciones del padre Miguel Hidalgo y Costilla, a las tropas que combatieron en las batallas antes mencionadas. Se incorporó a la oficialidad en la ciudad de Guadalajara por González de Hermosillo, al recibir la comisión de insurreccionar las Provincias de Sonora y Sinaloa.

 

 

En El Rosario después de la victoria, sobre los realistas, donde participó Pablo de Villavicencio “El Payo”, los insurgentes se acantonaron en Concordia por 45 días y de ahí pasaron a San Ignacio rumbo al Real de las Once Mil Vírgenes de Cosalá, donde rescatarían una gran cantidad de plata en apoyo a la lucha por la Independencia y que habían conseguido unos primos del padre Hidalgo, que habitaban en la región.

 

 En San Ignacio los independentistas sufrieron una derrota definitiva a manos del Capitán General e Intendente de las Provincias de Sonora y Sinaloa, Alejo García Conde.

 

 En su desordenada huida ante las tropas realistas, el estandarte de los independientes quedó oculto entre unos magueyes de un monte cercano a la hacienda de San Francisco de Borja de La Labor, propiedad del sacerdote Don Manuel De la Riva y Rada, hasta que un labrador de la hacienda lo encontró y lo depositó en un lugar seguro, sin salir del pueblo.

 

 De la Riva y Rada, contando con el acuerdo del obispo Fray Francisco Rousset de Jesús y Rosa, protegió a González de Hermosillo hasta que éste logró reincorporarse al frente armado de los independentistas en Guadalajara.

 

 Con esto, queda demostrado que los sinaloenses participaron activa y patrióticamente en la lucha por la independencia, para así conformar nuestra República Mexicana y el Estado Libre y Soberano de Sinaloa.

 

 Al paso de los años el estandarte ocupó el sitial principal en el altar de la capilla de la hacienda de La Labor, donde recibió el culto público durante muchos años.

  

 

Tiempo después, cuando la hacienda pasó a propiedad de la familia de origen jalisciense Laveaga Olano, la imagen siguió en la capilla, y cuando Nicolás T. Bernal Manjarrez tomó clases de instrucción secundaria en dicha hacienda, admiró el estandarte antes de incursionar en la Revolución Mexicana bajo las órdenes de los Hermanos Flores Magón, distribuyendo el periódico Regeneración entre la clase obrera de San Francisco California en los Estados Unidos de Norteamérica.

  

 

 Ya más reciente, cuando se construyó una moderna capilla a un lado de la antigua, el estandarte ocupó su lugar principal y ante su imagen se celebraron matrimonios y bautismos, y demás actos propios de la liturgia católica. Posteriormente la imagen pasó a ocupar un lugar en el casco de la hacienda.

 

 Este estandarte de la lucha por la Independencia de México, que se enarboló en tierras sinaloenses entre 1810 y 1811, es un patrimonio histórico del pueblo que merece preservarse y conocerse.

 

 El estandarte fue exhibido en el Museo de Arte de Sinaloa (MASIN) y en el Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa en el año de 2001, del cual partió para hacer un recorrido cívico, visitando museos, escuelas y centros culturales de Sinaloa. En el año 2010, esta imagen fue exhibida en el Palacio Municipal de Mazatlán como parte de las conmemoraciones del Bicentenario de la Independencia Nacional.

 

 Para los festejos de la Independencia, en  Septiembre de 2011 y por acuerdo del C. Gobernador Mario López Valdez, se exhibió en las instalaciones del Palacio de Gobierno, como una muestra de educación cívica y fervor patrio.

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Noticias de las Provincias de Sonora y Sinaloa en 1805

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Revista Digital- Nº 31 – Jueves 6 de Septiembre de 2012, Culiacán, Sinaloa, México

Noticias de las Provincias de Sonora y Sinaloa en 1805

(Los prolegómenos de la Independencia en el Noroeste)  

 

                                                                                                                                                                  Gilberto J. López Alanís

Los impulsores de las reformas borbónicas buscaron hacer más eficiente la labor administrativa de la Corona en el siglo XVIII; urgieron a través de sus funcionarios, un diagnóstico certero de las posibilidades de explotación de los recursos naturales de la Nueva España. Para lograrlo se requirió mediante cuestionario, a los subdelegados y comandantes de las diversas provincias por el Consulado de Veracruz, los informes respectivos; el de las Provincias de Sonora y Sinaloa fue presentado por el Gobernador Intendente de Sonora Alejo García Conde, en 1805.

 En el informe del ceuteño García Conde, no todo quedó implícito y explícito, sin embargo lo anotado sirve para enmarcar algo de la vida social de tales provincias que se extendían en treinta mil novecientos sesenta y una leguas cuadradas, con 123, 854 almas; cuatro por cada legua.

 Con un conjunto de pueblos de casta india, así lo anotó el Gobernador Intendente, entre los que se encontraban la casta también llamada mexicana; fuertes, mayos, yaquis, pimas altos y bajos, audeves, tovas, seris, ópatas, pápagos, cocomaricopas y apaches de paz, grupos que manifestaban su presencia en este espacio norteño, con 186 pueblos; una serie de ríos entre los que se destacan algunos de Sinaloa. Se incluyó la división política de Partidos.

  

Detalle del mapa de Rigobert Bonne a principios del siglo XVIII (León Portilla,1989)

El Gobernador Intendente, Alejo Pedro María de los Ángeles García y Conde que frisaba los 54 años,   tuvo sus propuestas que hoy llamaríamos emprendedoras, en la siembra de la grana silvestre y su posible exportación por vía marítima. Lo mismo hizo con el Copal Chil, al que equiparó con la quina peruana, también abogó por la siembra de la caña de azúcar y la jojova, sin faltar las maderas exquisitas (finas), los cueros de res, harinas de Sonora. Hizo además una enumeración de posibles puertos para la actividad comercial.

 El ex tutor de armas de Antonio y Javier hermanos del Rey Carlos IV, anotó que existieron 84 minas de plata, de las cuales no dio más información por ser de exclusivo uso de las diputaciones de este ramo; con 6 minas de oro puro; cuatro placeres, uno de ellos en bonanza, sin minas de azogue, algunas con mármol sin explotación; 4 minas de yeso; salinas en varias localidades con buena producción y comercio.

  

Partida de nacimiento de Alejo García Conde (Juan Gutiérrez Álvarez, 2003)

 Viudo en 1795 de  su prima hermana Tomasa de Sastre y Conde de 22 años, hija del Teniente Coronel Mateo Sastre que había sido Gobernador de Sonora y Sinaloa. Volvió a casarse con Maria Teresa Vidal de Lorca y Pinzón de 19 años, hija del Coronel Melchor Vidal de Lorca, que había sido Gobernador de las Provincias de Nicaragua, especificó en su informe que no había caminos formalmente construidos, sólo los que se hacían al transitar los carruajes; sin puentes, posadas ni obra pública, más que una real cárcel en Arizpe; un presidio en Pitic, nula presencia militar en la villa de San Miguel de Culiacán, por estar toda la fuerza ocupada en la contención fronteriza, con 22 compañías que incluyeron 1,030 plazas, la más cerca de Culiacán, la de los mulatos libres de Mazatlán para casos de emergencia.

 Establecido en la villa de Arizpe, a la cual hizo capital administrativa de Sonora y Sinaloa. Mejoró los equipos de defensa fronteriza y limitó las libertades de los naturales, hizo constantes llamados para que se le dotara de infantería española para una mejor defensa ante las continuas hostilidades de los naturales. Ante la indiferencia de la Corona a sus peticiones asumió con sus propios recursos y los derivados de su actividad de control económico y político, el mantenimiento del orden colonial en su demarcación, llegando a establecer un pacto con los ópatas, logrando incorporarlos a su ejército como tropas regulares ante cierto descontento de la burocracia militar.

 Informó que el comercio de efectos de Castilla se realizaba con la centralidad del virreinato y los de procedencia asiática como contrabando, por algunos puertos del Pacífico, aparte de productos ingleses y angloamericanos.

 Para 1805, cuando Inglaterra derrota a España en la famosa batalla de Trafalgar, se producía maíz, trigo, cebada, legumbres, algodón, azúcar, tabaco, palo de tinte, añil, resinas, maderas finas; ganado vacuno, lanar, cabrío, de cerda, caballar, mular, asnal. Una relativa e importante curtiduría, jabón, cebo, ollas a mano manufacturadas por mujeres, lana y frazadas en 20 telares; con 41,161 hombres en actividades productivas.

 

                                                                                      La batalla de Trafalgar en 1805

Se puede afirmar que las provincias de Sonora y Sinaloa eran un mundo aparte en la vida virreinal de la ciudad de México, y cuando en 1808 se produce la invasión de Napoleón Bonaparte en España, abdicando los Borbón en beneficio del emperador francés, el sacudimiento fue tremendo, en todo el reino se sintió un estado de expectación y alarma.

Miguel Mathes salió de viaje

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Revista Digital- Nº 29 – Jueves 19 de Julio de 2012, Culiacán, Sinaloa, México

Miguel Mathes salió de viaje…

 

Queridos Amigos,

La velita se va apagando, pero su antorcha seguirá encendida.

Clínicamente está en buenas manos y el resto en las de Dios.

Sigamos orando por él.

Carmen 

 

Gilberto J. López Alanís

El 13 de agosto de este año recibí, como todos los que apreciamos a Miguel, un segundo correo de la mutua amiga Carmen Boone, donde nos comunicó tan triste noticia.

William Michael Mathes, su nombre de pila, fue un apasionado de la historia del sudoeste de California y el noroeste de México, sus aportaciones fueron notables y por ello recibió la Orden del Águila Azteca, la más alta condecoración que otorga el Gobierno Mexicano a un extranjero.

 

Lo conocí en el año de 1991, en las conmemoraciones de los 400 años del arribo de los sacerdotes jesuitas Gonzalo de Tapia y Martín Pérez a la villa de San Felipe  y Santiago de Sinaloa, que dio pie al “Coloquio de la Presencia Jesuita en Sinaloa”, con sede en la ciudad de Sinaloa de Leyva, en la administración del Lic. Francisco Labastida Ochoa, y la Dra. María Teresa Uriarte, como Directora del entonces DIFOCUR, hoy Instituto Sinaloense de Cultura.

 

Ahí constaté su generosidad y sencillez para discutir los temas jesuíticos de Sinaloa y conocer sus amplios conocimientos al respecto. Fue un maestro del tema para todos nosotros.

Su relación con Sinaloa se acrecentó con los seminarios de jesuitas promovidos por el Colegio de Sinaloa, en los cuales siempre manifestó su carisma y conocimientos.

El intercambio de bibliografía siempre fue a nuestro favor, todos ganábamos y Enero fue una alegría de cada año. Salíamos a los recorridos visitando la ruta de los jesuitas disfrutando su animada charla y algunas Pacífiquitos que tanto le gustaban.

 

Aficionado a los mariscos sinaloenses, los disfrutó, aderezados con chile piquín, que tanto le aliviaban la costipación de la sinusitis que sufría. Fue un historiador y bibliófilo, que primero fue explorador; caminar, ver, disfrutar la cocina regional, charlar horas y horas sobre los jesuitas y otros temas de la historia mexicana fueron sus más alegres momentos entre nosotros.

“Te lo encargo, es mi amigo y gran compañero de discusiones sobre la historia del noroeste”, me dijo la Sra. Labastida cuando me comisionó para atenderlo, en el marco de la edición del Festival Cultural de Sinaloa del año de 1991.

 

Hice lo pertinente y gané un amigo, por cierto de esa conmemoración se publicó un libro denominado “Presencia Jesuita en el Noroeste”, que es el origen de estos esfuerzos historiográficos que hoy han fructificado.

Miguel es una de nuestras fortalezas del tema jesuítico y su ejemplo nos alienta a sostener el paso, para con nuestras contribuciones honrar su memoria.

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